LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
* La realidad de la segunda venida de Cristo se fundamenta en sus mismas enseñanzas.
A. Las enseñanzas del Nuevo Testamento hablan claramente acerca de la segunda venida de Cristo. Muchos importantes acontecimientos están relacionados con esta venida.
1. La venida de Cristo sería después de su muerte. (Lucas 17:24,25)
2. Después de morir establecería su reino en la tierra. (Lucas 22:15-30; Juan 12:23,24; Compárese Lucas 23:42). Es evidente la obligada implicación de la resurrección.
3. El mismo vendría. Venida literal (griego: parusiva). "El Señor mismo" (1 Tesalonicenses 4:16a)
4. Desde el cielo (1 Tesalonicenses 1:9,10)
5. Descendería del cielo (1 Tesalonicenses 4:16)
6. "En las nubes" (Mateo 26:64; Marcos 13:26). "Sobre las nubes" (Mateo 24:30). "En una nube" (Lucas 21:27). "Con las nubes" (Apocalipsis 1:7). Compárese Hechos 1:9-11.
7. Sería manifiesto (2 Tesalonicenses 1:7)
8. "Con poder" (Griego: dunamis, Mateo 24:30). El poder le acompaña. El poder será manifiesto en sus ángeles. Los ángeles son "los ángeles de su poder" (2 Tesalonicenses 1:7).
9. Con todos los ángeles de su poder (2 Tesalonicenses 1:7). Todos los santos ángeles (Mateo 25:31)
10. "Gran gloria" (Griego: doxa). La gloria le acompaña. Su posición exaltada con todo su señorío manifiesto. "Gran gloria" es igual a "mucha gloria" (Griego: polles, Mateo 24:30)
La gloria manifiesta en la multitud que le acompaña. "En su gloria" (Mateo 25:31). "La revelación de su gloria" (1 Pedro 4:13).
11. Gran resplandor (Griego: epifaneiía) No solo significa presencia sino que conlleva la aparición o manifestación de su resplandeciente gloria (1 Timoteo 6:14; 2 Timoteo 1:10; 4:1.8; Tito 2:13). Su gloria será manifiesta en su misma presencia (El es esencialmente glorioso) y con la resplandeciente y gloriosa compañía de millones de millones de ángeles.
12. Traería consigo a todos los que durmieron en él. Incluyendo los justos del antiguo tiempo (1 Tesalonicenses 4:14; 3:13; Mateo 8:11; 12:41,42).
13. Todo ojo le verá (Apocalipsis 1:7). Todos los impíos se lamentarán. (Mateo 24:30).
14. Se quedaría en el aire (1 Tesalonicenses 4:17).
15. Con voz de mando (1 Tesalonicenses 4:16).
16. Con voz de arcángel (1 Tesalonicenses 4:16).
17. Con trompeta de Dios. (1 Tesalonicenses 4:16; 1 Corintios 15:52; Mateo 24:31).
18. Resucitaría a todos los muertos, los buenos y los malos (Juan 5:28,29).
19. Transformaría inmediatamente los cuerpos de los que estuvieren vivos en su venida. De los buenos y los malos (1 Corintios 15:51-53).
20. Separaría a los impíos de los justos (Mateo 25:32,33).
21. Cristo tomaría a los suyos para sí mismo (Juan 14:2).
22. Habría una reunión con El (2 Tesalonicenses 2:1). Para recibir al Señor (1 Tesalonicenses 4:17).
23. Entregaría el reino al Padre (1 Corintios 15:24).
24. Glorificaría a todos los salvos llevándolos al cielo (Hebreos 2:10). Solamente los
justificados serían glorificados (Romanos 8:17,18).
25. Otorgaría el cielo como herencia eterna a todos los hijos de Dios (Mateo 25:34; Juan 14:1-3; Efesios 1:14).
26. Dictaminaría el castigo para los impíos (Mateo 25:42-44).
27. Castigaría a los impíos en el infierno eterno (Mateo 25:41,46).
28. La destrucción de esta tierra y de estos cielos (Mateo 24:35).
29. Su venida sería el fin del mundo. No viene a inaugurar una nueva dispensación sobre la tierra (2 Pedro 3:10-14).
B. La manera en que sus discípulos entendieron su venida.
1. Sería una venida literal. El concepto de la parousía del Señor no encontró contravención alguna en sus discípulos.
2. No moriría antes de su venida. Nunca moriría (Juan 12:32-34).
3. Su venida no sería desde el cielo, sino desde el desierto. Desde un lugar desconocido (Juan 7:27).
4. La gloria de su venida no sería celestial con los ángeles de su poder, sino la entrada
intrépida para desafiar a las naciones. Como una declaración de guerra. Compárese el
efecto alentador que produjo en los judíos la entrada de Jesús a Jerusalén, en franco
desafío a la sinagoga (Mateo 21:1-17; Juan 12:12-19).
5. Su segunda venida estaría ligada a su primer venida, excepto por el retiro al desierto para prepararse para el levantamiento.
6. Levantaría al pueblo de Israel en guerra contra Roma (Compare Juan 6:15). Y también contra el Sanedrín (Compare Mateo 24:1,2).
7. Resucitaría a todos los justos del tiempo antiguo. Vea el efecto de la resurrección de Lázaro (Juan 11:45;12:9-11,17-19).
8. El vendría a pelear físicamente contra sus enemigos (Lucas 22:35-38,49).
9. Vendría a destruir a sus enemigos. Compárese Mateo 13:24-30, 36-43).
10. Conquistaría a las naciones, matando y esclavizando (Compare Lucas 9:54).
11. Sometería a sus enemigos a esclavitud y obediencia obligada (Compare Juan 18:36).
12. Liberaría a Israel de su esclavitud política (Lucas 24:21).
13. Establecería su reino sobre la tierra, como los reinos del mundo (Mateo 20:20-28).
14. Reinaría desde Jerusalén (Lucas 21:5-7).
15. Israel sería elevado sobre todas las naciones (Hechos 1:6)
16. Los judíos tomarían posesión de toda la tierra (Mateo 16:23,26).
UNA VENIDA INMINENTE
I. El interés de Cristo al respecto.
A. Jesús deseó que sus discípulos consideraran su segunda venida como inminente.
1. ¿Qué es inminente? Que está presto para suceder.
2. El Señor Jesús quiere que cada uno de sus discípulos le espere mientras estén vivos en la tierra.
3. Uno de los objetivos de la conversión es esperar a Jesús. Todo el que se convierte, no importa el tiempo en que lo haga, se convierte para esperar a Jesús. (1 Tes. 1:9,10; Compare 1 Ped. 1:3,4).
B. Cristo hizo algo para que su venida fuese inminente.
1. ¡NO DIJO CUANDO VENDRÍA! (Mateo 24:36; 1 Tes. 5:1)
2. Las parábolas al respecto: El siervo vigilante y el malo (Mateo 24:42-51). Las diez
vírgenes (Mateo 25:1-13).
3. Siendo tan perfectamente clara la enseñanza de Jesús respecto al tiempo de su segunda venida, los hombres siempre se aventuran a hacer cálculos y pronosticar fechas. Todo intento por acertar el tiempo de la venida de Cristo, no solamente es irreverente, sino también una aberrada contradicción a su propósito de no revelarlo. TODA ESPECULACIÓN, CONTRADICE EL PRINCIPIO Y TRASTORNA EL PROPÓSITO.
4. El propósito de no revelar el tiempo de su venida es para que estemos persuadidos de esperar su venida de manera inminente.
II. Tres posiciones respecto a su venida.
A. ESPERAR EN TODO TIEMPO
Esta es la posición de los fieles. Esperar a cada momento. Esperar al Señor significa ponerse en esa realidad, la realidad del PRESENTE. Esto es adecuado porque vivimos en el presente, no en el futuro. Aunque esperar es estar en expectativa de lo que vendrá no necesariamente significa que esperamos a Jesús para mañana. No vivimos en el mañana, siempre estamos en el presente. No mañana. Ni el siguiente año. Ni la siguiente década. Ni el siguiente siglo. Sino HOY. ¡¡HOY MISMO!!
Aunque la segunda venida de Cristo y las cosas que traerá consigo se dilucidan como futuras, entretanto no se cumplen. Es muy lógico esperar al Señor Jesús en este ahora y aquí, porque creemos que ahora mismo puede cumplirse su venida. No deberíamos creer en un futuro cercano ni mucho menos lejano, sino en un futuro inminente: ¡¡AHORA MISMO!!
1. Con paciencia (Santiago 5:7).
2. En esperanza (Romanos 5:2; 1 Pedro 1:13).
3. Ansiosamente, Apresurándoos (2 Pedro 3:12).
4. Preparados y aguardando (Tito 2:12,13).
5. Irreprensibles, sin mancha, en paz (2 Pedro 3:14).
6. Santa y piadosamente (2 Pedro 3:11).
B. CREER QUE LA VENIDA DEL SEÑOR ESTÁ CERCA. 2 Tesalonicenses 2:1,2; 3:6-15.
Esta fue la posición de algunos en Tesalónica. Sus resultados fueron el vivir desordenadamente. Esto conviene explicarlo cuidadosamente para que no haya confusión con el término "cerca". La idea de que el Señor está cerca puede manejarse inadecuadamente. Los tesalonicenses que creyeron en una venida del Señor "cerca" la asociaron con conceptos erróneos.
1. Pensaron que estaba tan cerca que no valía la pena trabajar en nada.
2. Pensar, que el Señor vendrá y destruirá todo, puede hacer pensar, equivocadamente, que todo trabajo será en vano.
3. La expectativa hacia un futuro cercano y puntualizado puede ser desestímulo para el presente.
4. Depender del futuro cercano, de esa manera, es invitar a la especulación vacía y al
conformismo de que no vale la pena hacer nada.
5. Poner la mira en el futuro (especulativamente), descuidando el presente, es algo muy peligroso.
6. A los mismos tesalonicenses les pudo parecer lógico esperar a Cristo, como lo hacían esos hermanos que andaban desordenadamente. Podrían ser susceptibles a ser engañados.
a. Estaban bajo una tremenda persecución (2 Tes. 1:4).
b. Sabían que Jesús prometió volver.
c. Bajo la persecución, la ansiedad por su venida es intensificada.
d. La idea de que Jesús no dejaría perecer a los suyos bajo la persecución, podría alimentarse fácilmente.
e. Si El no viene cuando yo lo espero, y el tiempo pasa, y pasa...
f. Entonces, el ánimo se puede quebrantar.
7. Esperar a Jesús especulativamente no es saludable para la fe ni para la esperanza. Esta es la manera típica o más común en que el hombre espera. En nuestro tiempo, casi toda la gente que espera a Cristo lo hace especulativamente, pensando en el año 2,000 o en el 2,005, otros en el 2,010 o 2,012, otros especulan en el 2.020 o 2022. Parece que de este año 2,022 en adelante no se atreven a especular. Esa es la última especulación.
C. CREER QUE EL SEÑOR SE TARDA EN VENIR. Compárese 2 Pedro 3:1-9; Mateo 24:48
Esta posición la asumieron los falsos maestros apóstatas del tiempo de la segunda carta de Pedro.
Esta posición es el resultado de la posición anterior. La paciencia se agota fácilmente cuando no se recibe lo deseado en el tiempo fijado. Los que especularon en una venida "cercana" se impacientaron cuando ésta no se cumplió.
1. Ya debía haber venido, porque Él debe venir pronto
2. Al no venir cuando debería, se presenta la idea de que se está tardando demasiado.
3. Parece que Dios ya se olvidó de su promesa.
4. Su venida ya parece que es un asunto que está fuera de tiempo. Debió ser más pronto.
5. Más de un corto tiempo parece mucho tiempo para esos impacientes.
6. Bajo estos estratos mentales la segunda venida de Cristo deja de ser relevante.
7. Ya se perdió la expectativa y el entusiasmo.
8. Ahora lo que queda es burlarse o mofarse de los que siguen esperando.
EL SEÑOR VENDRÁ, PERO ANTES...
I. La destrucción de Jerusalén. Año 70
A. Mateo 24:1-26, 34.
B. Marcos 13:1-23, 30.
C. Lucas 21:5-24, 32, 36a.
D. La venida de Cristo es inminente para los cristianos de las primeras décadas aunque esté de por medio la profecía de la destrucción de Jerusalén.
1. Este es un juicio local contra los Judíos desobedientes en el área de Judea. Este juicio no va dirigido a los hermanos fieles. Sería irrelevante pensar que toda la hermandad dejaría de ver la inminencia de la venida de Cristo a causa de este juicio local.
2. Pablo y Pedro insistieron, antes de la destrucción de Jerusalén que esperaran a Jesús y la herencia en los cielos (1 Tesalonicenses 1:10; 1 Pedro 1:3,4).
3. No fue difícil para los cristianos de las primeras décadas esperar a Jesús de manera inminente, aún anteponiéndose la destrucción de Jerusalén, por dos razones:
(a) Porque no sabían cuando vendría la destrucción de Jerusalén sino hasta que ésta
hubiera llegado.
(b) Porque no sabían cuando vendría el Señor.
4. Ambas cosas fueron inminentes para ellos.
5. Esperaron las dos cosas, pero separadas, una después de la otra (Mateo 24:29; Lucas 21;24,36).
6. La inminencia de la venida de Cristo no es opacada por otras profecías de cumplimiento local.
7. La inminencia de la venida de Cristo es una doctrina muy saludable para los creyentes desde el principio.
II. Vendrá la apostasía. Año 90 en adelante
A. 2 Tesalonicenses 2:3-8.
B. 1 Timoteo 4:1-3.
C. 2 Timoteo 3:1-5.
D. 2 Pedro 2:1-3; 3:1-3.
E. Judas 17,18.
F. 1 Juan 2:18, 19, 22; 4:1, 3; 2 Juan 7-11.
G. Su venida es inminente aunque esté de por medio la profecía del hombre de iniquidad de 2 Tesalonicenses.
1. Pablo insistió en que hay esperar de los cielos a Jesús.
2. Aun explicándoles acerca de la venida de la apostasía como un evento previo a la venida del Señor.
3. Pablo les enseña con claridad a...
(a) Esperar de los cielos a Jesús (1 Tesalonicenses 1:9,10).
(b) Consolarse en su segunda venida (1 Tesalonicenses 4:18; 2:11).
(c) Esperar la justicia divina en ese día (2 Tesalonicenses 1:5ss).
H. La importancia del evento lo hace ser no solamente inminente sino predominante.
1. La generalidad de las personas no son felices ante la expectativa de la muerte. La idea de la muerte le roba la felicidad a casi toda la gente. Realmente, la idea de la muerte, de nuestra propia muerte, de mi muerte no es agradable.
2. Cuando la muerte se interpreta en el contexto de las promesas de Dios, la resurrección de los justos para una vida gloriosa y eterna, la reacción ante la muerte es diferente.
3. Partiendo de esto, nosotros los creyentes en Cristo vivimos siempre esperando, no la muerte (aunque ésta puede llegar en el momento menos pensado) sino la gloriosa venida del Señor Jesús.
4. La expectativa de la venida de Cristo es un factor más predominante e inminente que la muerte. Por eso, el cristiano no deja de ser feliz cuando piensa en su propia muerte, porque la expectativa de la resurrección en la venida del Señor Jesús sobrepuja desde ya, de manera satisfactoria, toda frustración o decepción ante la muerte.
Por Eliseo Mirón V.